Como esencia denominamos aquello que constituye la naturaleza de una cosa, aquellas características o propiedades que le son permanentes e invariables. La palabra, como tal, proviene del latín essentĭa. También se conoce como esencia aquello que es importante, característico o fundamental en una cosa.
Diversas pruebas realizadas en todo el mundo han mostrado que los niños en edad preescolar creen que los objetos que les importan, como sus juguetes favoritos (ej. sus peluches) contienen una ¨esencia¨.
Eso no cambia cuando crecemos. La “esencia” es lo que nos impulsa a mucho por ejemplo a apoyar un equipo de futbol durante décadas, aunque lo único que el equipo actual de deportistas itinerantes comparte con los jugadores que vimos jugar la primera vez de niños es el nombre del equipo y quizá un escudo o camiseta, pero que mantuvo “la esencia” a través de los años.
Lo importante es que esas ¨esencias¨ siempre están ligadas a una emoción, las marcas de productos más exitosas son aquellas que logran ofrecer una ¨esencia¨ que crea una conexión emocional poderosa con sus clientes y consumidores.
Una marca que no tiene ¨esencia¨ es una marca sin alma, que ofrece una solución racional. Un ejemplo de una marca con ¨esencia¨ son los shampoos Johnson utilizados por niños y adultos, transmiten una esencia para el cuidado infantil y de delicadeza con los ojos (no más lágrimas). Otro ejemplo es la marca de carros Minicooper que trae la ¨esencia¨ Cool y Trendy.
¿Pero, cómo descubrir que emociones deben hacer parte de la ¨esencia¨ de marca? A través de la investigación antropológica etnográfica, una metodología científica que permite mapear las emociones y los comportamientos del consumidor. En este tipo de investigación es común descubrir la ¨esencia¨ que los dueños de marca desconocían y a partir de este punto darle visibilidad emocional para aumentar ventas y fidelización.
La visibilidad emocional de la ¨esencia¨ debe incluir los colaboradores directos e indirectos de la empresa, toda cadena de distribución, mercadeo, publicidad, branding y ventas.
En la filosofía tradicional, la esencia ha sido considerada como un factor propio e indisoluble de la identidad de las cosas frente a la apariencia fenoménica de la experiencia, lo que situaba a la esencia en una realidad metafísica.